Tribuna de Hana Jalloul, coordinadora de la Ponencia Marco para el 40 Congreso.
EL SOCIALISTA, Nº 116
Hana Jalloul, portavoz del Grupo Socialista en la Asamblea de Madrid y coordinadora de la Ponencia Marco 40 Congreso
EL SOCIALISTA, Nº 116
Estoy convencida de que cuando la pandemia que ha asolado el mundo en el último año, y que tanto sufrimiento ha traído a tantas personas, se supere y dispongamos de perspectiva para valorar las políticas de respuesta desplegadas para atajar sus consecuencias sanitarias, sociales y económicas, emergerá con claridad la superioridad de aquellas que se han inspirado en los postulados socialdemócratas, que en España encarna el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
En primer lugar, la pandemia ha puesto de manifiesto la importancia de disponer de esa sanidad publica bien dotada de recursos humanos y materiales y de alcance absolutamente universal, por la que siempre ha aportado el PSOE. El crisis del COVID-19 no solo nos impulsa a reivindicar e invertir en “lo público” en el ámbito sanitario sino en un conjunto amplio de instituciones que configuren un Estado del Bienestar moderno y potente que permita proteger a ciudadanos, trabajadores y empresas de los elementos adversos y la incertidumbre que les sobrevienen azarosamente. El Gobierno de España ha estado explotando al máximo durante toda esta crisis las palancas de protección existentes en nuestro sistema y cuando estas no han sido suficientes ha sido capaz de crear con prontitud nuevos instrumentos como el Ingreso Mínimo Vital, los ERTE o las prestaciones para trabajadores autónomos, y lo ha hecho con diseños ambiciosos de las políticas públicas para reforzar sus vertientes inclusiva y redistributiva.
En segundo lugar, las consecuencias adversas de la pandemia están pudiendo mitigarse mejor y acortar sus efectos en el tiempo como resultado de una respuesta conjunta y solidaria dentro de la Unión Europea, en contraste con lo ocurrido en crisis anteriores. Y esto ha sido posible, en buena medida, por la gran influencia que ha tenido el PSOE y otros partidos socialdemócratas, como auténticos garantes del europeismo, por dotar a la respuesta a la crisis de una dimensión europea sin precedentes. El fomento y adquisición de las vacunas, y el programa de vacunación subsiguiente, es un buen ejemplo de ello. El Plan de Recuperación y Resiliencia es otro.
Finalmente, la respuesta a la pandemia ha requerido articular y coordinar políticas a los distintos niveles de la administración, estatal, autonómica y local. Y aquí, de nuevo, quien mejor que un gobierno del PSOE, por su visión moderna de la cogobernanza y la descentralización administrativa, sustentada en su buena comprensión del Estado de las Autonomías, su apuesta por el municipalismo y su respeto por el principio de lealtad institucional
En definitiva, es el PSOE el único partido que en momentos como este muestra su capacidad de adaptación y la resiliencia necesarias. El PSOE representa el cambio; no en vano 142 años de historia ponen de manifiesto la perseverancia de aquellas personas que se sienten representadas en la fuerza de un partido que ha sobrevivido a los avatares políticos de finales del S.XX, todo el S.XX, y que en el S.XXI continúa formando gobiernos estables. Orgulloso de su historia y depositario de una herencia única de lucha por la democracia y la conquista de nuevos derechos en España.
Nuestra fuerza nace del compromiso con un futuro al que nunca perdemos de vista. Ninguna otra organización política ha sabido tomar el pulso de la sociedad y adaptar su oferta programática a las demandas de la sociedad como el nuestro. Ahora se trata de redoblar el compromiso con un porvenir cargado de oportunidades. Tenemos el deber de aprovechar el impulso de Europa a un proyecto de transformación inédito, que sienta las bases para una nueva modernidad más inclusiva y más justa, y en el que el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia tendrá un papel decisivo
España debe jugar un papel fundamental en este escenario. Especialmente en un tiempo en el que fuerzas que creíamos arrinconadas en el baúl de la historia renacen para hacer temblarlos resortes de la democracia representativa, como hemos visto en los momentos finales de la administración Trump.
Nuestro partido es un baluarte moral frente a quienes plantean retroceso en lugar de avance, desde el orgullo y los principios de una izquierda que se siente orgullosa y que se adapta a las demandas de una sociedad en constante transformación; que es capaz de ofrecer serenidad ante la inquietud. Y que nos recuerda a cada momento la relevancia de la política en la toma de decisiones basado en la construcción de compromisos y consensos. En un modelo de gobernanza para todos, entiendo las sensibilidades de la rica diversidad de nuestro país. El PSOE sabe mirar hacia arriba, es europeísta, es internacionalista, todo el universo es poco, si todo lo importante es bueno para nuestro país.
La legitimidad solo se adquiere a través de los hechos, de los derechos que se les otorga a las personas a las que les pertenecen, a través de la lucha diaria por escuchar las demandas de tantas personas que saben que pueden confiar en el PSOE, porque siempre alumbra al final del túnel. Porque sabemos que no importa qué pueda suceder; podremos hacer frente a cualquier reto porque tenemos mecanismos para ello.
Este año, atendiendo a todos los desafíos de un mundo en constante cambio, es el momento adecuado para el 40 congreso del PSOE; es siempre una virtud analizar, evaluar y realizar iniciativas que estén en la vanguardia del progreso. El PSOE con ilusión, como ha hecho siempre, enarbola la vertebración a nivel nacional de retos como el cambio climático, la post-pandemia, la regeneración democrática, el reto demográfico, universidades y cultura, políticas de diversidad e inclusivas o el feminismo, entre otras tantas. El objetivo es claro: crear espacios de diálogo para avanzar de manera conjunta, escuchando a la sociedad civil, a nuestros jóvenes, a nuestros ancianos y a nuestra militancia. En definitiva, a nuestros ciudadanos, porque el mundo avanza de manera inexorable, como el tiempo, y los socialistas siempre tendemos la mano en cada parte del camino, promoviendo cambios mientras los desafíos acontecen. Y porque el PSOE simboliza aquello que ya escribió Machado en Nuevas Canciones: “Hoy es siempre todavía”.