Bien, un año más ha pasado el día de la Salud Mental (SM). Personas, instituciones, periodistas… todos han movilizado algo, aunque sea poco, pero al menos han dedicado un tiempo a este tema tan… tan… tan contradictorio
Bien, un año más ha pasado el día de la Salud Mental (SM). Personas, instituciones, periodistas… todos han movilizado algo, aunque sea poco, pero al menos han dedicado un tiempo a este tema tan… tan… tan contradictorio. He de decir que para este articulista ha cambiado poco los contenidos reales, en efecto días de SM para el autor han sido 47 años y a diario, así que llevo algo más de 17.155 días de la SM, todo un trayecto.
Este año es algo especial, primero por el efecto pandemia-postpandemia y porque estaba coleando la Estrategia de Salud Mental y la incomprensible aprobación de iniciar los trámites parlamentarios para una ley de SM. En este contexto el Presidente del Gobierno (PG) en persona, por primera vez en toda la democracia, al menos que yo recuerde, realiza una celebración de este día con Asociaciones Científicas, Asociaciones de personas con problemas mentales, con medios de comunicación.
Efectivamente, fue un acto que se celebró en el complejo presidencial de la Moncloa. Estuvo muy organizado y bien programado. Además de la Ministra de Sanidad hablaron representantes de Confederación SM España, una persona que había padecido un cuadro grave y persistente de tipo depresivo, una madre de una persona que se había suicidado y una deportista que había sufrido un proceso difícil. Estos casos reales humanizaron la reunión y, desde esta posición humana, el PG centró el compromiso personal y de su gobierno con la SM. Anunció, el PG, que la Estrategia estaba en su último tramo y que avanzaba un Plan de Acción que se encuadraba en este instrumento: adelantó que se dotaba, desde el Gobierno Central, con 100 millones de euros de inicio, la puesta en marcha de la especialidad de Psiquiatría de la Infancia y la Adolescencia (BOE, 04.08.2021) y el desarrollo de un teléfono 24h para atender las urgencias de las conductas autolíticas.
Algunos datos de interés: se habló de infancia y adolescencia y no de menores, parece que algo cambia. Espero que esta necesaria sensibilidad permanezca en el tiempo y sea algo más que un epifenómeno transitorio. No estaría de más que se introdujera en los libros de estilo.
Se sistematizaron los verdaderos contenidos de la estrategia de SM, señalando que la orientación fundamental va hacia el respeto a los derechos humanos de las personas con padecimientos mentales. Ello comportaba priorizar las intervenciones de tipo preventivo, el trabajo en equipo, la base comunitaria de intervención y de atención, el apoyo familiar, para ello se contempla la especialidad de Psiquiatría Infantil como una herramienta dinámica adecuada para diseñar la prevención y la intervención precoz en los problemas mentales.
Se recordó que la línea estratégica 3 contempla, de forma específica, la prevención de las conductas autolíticas. En este contexto fue que el PG señaló el desarrollo, inmediato, de un teléfono 24h para atender las urgencias de conductas autolíticas.
Otro contenido fundamental consiste en incorporar un Plan de acción prioritario postcovid, donde se contempla el impacto en la SM de la pandemia y que puso de manifiesto el estudio 3312 del CIS, tanto a nivel de la población general, las personas que se han visto afectadas por la pandemia de forma directa y, sobre todo, para los profesionales sanitarios. Aquí es donde hizo énfasis el PG, adelantando una dotación presupuestaria inicial de 100 millones de euros.
Es evidente que era un día de SM diferente a los que se venían celebrando, hasta el momento actual. Un día de SM con el compromiso del propio PG. Con esto ya era suficiente, pero sus adelantos fueron de relieve, tenían sustancia. Es posible que algunos querían más, pero son pasos de relevancia que nunca con anterioridad se habían realizado. Es un primer paso, pero va sobre un suelo de firmeza y decisión.
Este articulista ha dedicado mucho tiempo a la visibilización de la SM en los medios de comunicación. En este medio he escrito 24 artículos con temática de SM, de ellos 17 se habían publicado con anterioridad a la fecha en que el congresista Íñigo Errejón, en el mes de marzo, utilizó los datos de la encuesta del CIS de forma fragmentaria y descontextualizada. En la Publicación Sistema digital he publicado unos 8 artículos con temática de SM, de ellos 6 antes del mes de marzo. En Redacción Médica he publicado 6 artículos, 5 de ellos con anterioridad al mes citado de marzo. Es interesante y riguroso señalar las fuentes y revisar las aportaciones previas, incluso para decir que se está en desacuerdo.
Otro punto es señalar la elección entre Estrategia o ley en SM. Este articulista es partidario de la estrategia, puesto que la ley facilita el anclaje en el estigma y la segregación de la SM. La Ley general de sanidad, la ley integral contra la violencia machista, la ley de autonomía del paciente y la Ley de homogenización del SNS ya contemplan la mayoría de los contenidos de la propuesta de ley de SM.
La estrategia consiste en la priorización de una serie de líneas que se consideran fundamentales, para lo que se establecen objetivos específicos para cada línea que comporta las correspondientes recomendaciones. Son líneas generales para que luego sean las CCAA las que priorizan y desarrollan, según sus criterios concretos. Al no ser una ley no está obligada a aportar una memoria presupuestaria, pero el PG ya ha adelantado que el Gobierno central aporta 100 millones de inicio, ahora la pelota está en el tejado de cada una de las CCAA y en su elaboración de los presupuestos.
La estrategia no es una tesis doctoral ni un trabajo para revista de alto impacto, las citas deben ser de datos aceptados por los organismos oficiales. No es lugar para citas de grupos privados, pueden ser muy interesantes, pero no es el lugar pertinente. Existen escasos datos, pero no es de ahora, sino que en SM se han recogido de manera muy insuficiente y de forma muy variada, tanto en la selección de los instrumentos de evaluación, como en los criterios de caso.
La estrategia tampoco es el lugar de la reivindicación laboral o corporativa, no es un lugar para buscar “lo mío”. Puede existir la opción corporativista, pero entonces se desnaturaliza la estrategia en su conjunto. Un ejemplo muy paradigmático es la cuestión de las “ratios” de profesionales; no existen ratios fiables y la propia OMS así señala, no es una variable fiable para la planificación, la más constante para la comparación es la de psiquiatras, no por detentar el poder, como se dice, sino porque es la referencia internacional desde hace años y tiene un cierto matiz de comparación, limitado y solo como orientación. Los datos de psicología o enfermería son tentativas a medias, de andar por casa dicho coloquialmente, por mucho que se repitan, pero no son homologadas como fiables; estas ratios se obtienen por medias aritméticas de lo existente en determinados países, pero no es un imperativo a cumplir y mucho menos tomarlo para planificar.
La estrategia es un instrumento que modula y regula el ímpetu de los redactores o de los lectores y llevan muchas horas de trabajo, de debate y de contraste de informaciones para la Comisión Científica. Dos características son fundamentales: el respeto a los que han prestado sus servicios en la configuración de la estrategia y, en segundo lugar, la flexibilidad para incorporar todo aquello que opte por mejorar el producto.
Otro dato muy curioso se refiere a la crítica que “falta lo bio”, porque se habla mucho de lo social y de lo psicológico. Es un claro componente del corporativismo, del ¿qué hay de lo mío? La SM es un concepto global y unitario, donde se integran las diversas aportaciones y visiones, tanto en la conceptualización como en el análisis y la intervención. No consiste en introducir a calzador lo que se conoce como evidencia científica. Pero en SM ha de reconocerse que la comunicación nos evidencia y sitúa ante el tener que (re)conocer que la única evidencia posible es la imposibilidad de poner en evidencia la evidencia, más allá de lo meramente descriptivo y formal, pero…. sin apenas contenido comprensivo, ya saben: hacer y quedarse con un relato.
Lo dicho, el día internacional de la SM del año 2021, ha sido diferente, esperamos que siga por estos derroteros, porque hay algo fundamental: no hay salud sin salud mental.