El Partido Socialista pone en marcha en estos días su Agrupación Socialista de la Ciudad de…
El Partido Socialista pone en marcha en estos días su Agrupación Socialista de la Ciudad de Madrid, y esta iniciativa responde a dos apuestas muy importantes.
El PSOE apuesta decididamente por Madrid, por la capital de España. Y no es solo una apuesta de partido. Es una apuesta de país. Porque importa a la ciudadanía madrileña e importa a todo el país rescatar a Madrid del marasmo de malestares y oportunidades perdidas en que permanece sumida desde hace demasiado tiempo.
Y el PSOE apuesta por Mercedes para Madrid. Todo el PSOE, de abajo a arriba y de arriba a abajo, apuesta por el liderazgo de esta mujer conocedora como nadie de su ciudad, con demostrada capacidad de gestión, y con las mejores ideas para conducir Madrid al lugar que le pertenece, como primera ciudad de España y como una de las grandes capitales de Europa.
El Ayuntamiento de Madrid lleva demasiado tiempo de espaldas a la gente para la que se debe. Hasta el punto de que los madrileños han renunciado ya a mirar al consistorio para quejarse, para pedir o para esperar soluciones. O miran con desespero a la Comunidad o miran con exigencia al Gobierno de España.
El palacio de Cibeles suele albergar últimamente a personajes más preocupados por su papel en el teatrillo político nacional que en atender los muchos problemas y desafíos de la ciudad que mal gobiernan.
De Gallardón a Botella y de Botella a Almeida, todos ellos han usado y abusado de la plataforma mediática que proporciona la villa para jugar sus bazas en la corte, ignorando a tres millones de sufridos testigos en sus estériles tejes y manejes.
Si París tira de Francia, sí Berlín tira de Alemania, si Lisboa tira de toda Portugal, la ciudad de Madrid, merced a su triste Ayuntamiento, ni está ni se la espera como capital locomotora de las grandes transformaciones que tiene España como desafío por delante.
Y es que Madrid comparte con otras grandes conurbaciones esa problemática específica y compleja que se ha dado en llamar el “malestar urbano”. Sin embargo, a diferencia de lo que se escucha a otros dirigentes de grandes ciudades de España y del mundo, rara vez puede tomarse nota de una idea de Almeida sobre el papel del municipio en el desarrollo económico, en la lucha contra el cambio climático o en la accesibilidad de los jóvenes a una vivienda digna.
A Almeida se le oye hablar cada día de sus cuitas en ese triángulo de culebrón que forma junto a su compañeros de partido Casado y Ayuso. Se le conocen improperios contra el Gobierno de España. Y alguna que otra frase ingeniosa sobre el campeonato de fútbol. Pero sobre planes de futuro para Madrid, más bien poco.
Sin embargo, Madrid tiene muchos problemas y su ayuntamiento tiene competencias y cuenta con recursos para atenderlos. En materia de salud pública, desde luego. Para contribuir a una recuperación justa en su economía y en su empleo, sin duda. En relación a las grandes transiciones ecológica y digital, por completo.
El ayuntamiento de la capital debiera atender al bienestar de sus mujeres en demanda de igualdad, y de sus mayores que requieren servicios, y de sus jóvenes que aspiran a emanciparse, y de sus niños que quieren disfrutar de sus calles, y de los peatones que exigen respirar aire limpio, y de los automovilistas que piden menos atascos y más reglas claras…
Si hay un ámbito en el que los gobiernos de las ciudades cuentan con capacidades y complicidades es en el de la gestión cultural. Promover la creación y el disfrute de la cultura, atraer talento y público para disfrutarlo, optimizar la presencia de instituciones y la concentración de creadores, generar una identidad cultural propia en la constelación de capitales culturales… Esto se hacía en el Madrid de Tierno y Barranco, se hace en otras ciudades españolas y europeas, y se echa de menos en este Madrid varado…
Es en este contexto en el que el PSOE crea su agrupación de ciudad y pone al frente a su mejor baza, Mercedes González. En este panorama siempre complejo del socialismo madrileño, su liderazgo ha surgido con una rara unanimidad. ¿Por qué? Porque hay un consenso muy general, dentro y fuera del Partido Socialista, respecto a las cualidades de esta mujer para construir una alternativa ganadora en la ciudad.
La presencia en su puesta de largo de Félix Bolaños, ministro determinante en el Gobierno de España, y de Adriana Lastra, la vicesecretaria general de los socialistas de España, da la medida de la determinación con que el primer partido del país emprende esta apuesta.
Mercedes conoce Madrid como nadie. Lleva años preparándose para gobernar esta ciudad. Está curtida ya en los ámbitos más complejos de la gestión pública. Ha pasado todos los exámenes con nota. Quiere a Madrid y se la quiere en la ciudad.
Ella y Juan Lobato, jóvenes y brillantes ambos, constituyen la mejor esperanza para el futuro de la ciudad y la comunidad.
Y somos muchos los que vamos a poner todo de nuestra parte para ayudarles.