El hundimiento del buque petrolero Prestige el 13 de noviembre de 2002 frente a las costas gallegas supuso el mayor desastre ecológico en nuestro país. El barco, que se partió en dos, produjo un vertido de crudo de proporciones desastrosas y originó no solo un importante impacto ambiental, sino también una ola de solidaridad sin precedentes.
El Socialista Nº 126 19 de noviembre de 2021
El buque con bandera de Bahamas zozobró bajo un temporal con olas de hasta nueve metros. El viejo casco sufrió una fisura que terminó cediendo y vertiendo parte de las 77.000 toneladas de crudo el océano Atlántico y el mar Cantábrico. Generó un desastre ambiental que afectó 2.000 kilómetros de costa, especialmente a 745 playas obligando al cese de su actividad a 30.000 pescadores.
19 años del desastre medioambiental del Prestige
El Prestige era un viejo buque petrolero monocasco que el 13 de noviembre de 2002 se hundió a 28 millas de la Costa da Morte. El fuerte temporal abrió una vía de agua y obligó a su capitán a enviar una solicitud de ayuda. La polémica decisión de remolcar el petrolero lejos de la costa terminó partiendo en dos el casco el día 19, ocasionando un vertido de crudo que provocó uno de los mayores desastres ecológicos de la historia de España.
El Gobierno del entonces presidente José María Aznar, minimizó el peligro al principio de la crisis y respondió con una evidente lentitud ante la llegada del fuel a la costa y que fueron contestadas desde el primer momento por la ciudadanía. Afirmaba el ejecutivo que no se podía hablar de marea negra y que de producirse no llegaría a la costa. Federico Trillo, entonces ministro de Defensa llegó a declarar que las costas estaban esplendorosas. Sólo un día después de resquebrajarse el navío ya existía una mancha que cubría 200 kilómetros del litoral de Galicia.
Fueron muy contestadas las declaraciones en rueda de prensa del entonces vicepresidente primero Mariano Rajoy, cuando afirmó el día 24 de noviembre, que lo único que sale del Prestige son «pequeños hilitos como de plastilina” y que “a una profundidad de 3.500 metros y a dos grados de temperatura, el fuel estaría en un estado sólido, por lo que, en principio, el combustible no se verterá”. En ese momento el petrolero estaba vertiendo un total de 125 toneladas diarias de petróleo.
La parte afectada de la costa no sólo tenía una gran importancia ecológica (Rías Bajas), sino que también una notable industria pesquera que quedó amarrada en puerto. Costas españolas y francesas se vieron afectadas encontrándose restos de crudo en 745 playas, sobre todo en Galicia. Miles de aves y especies marinas quedaron cubiertas de chapapote.
El vertido provocó una movilización solidaria de voluntarios que con sus trajes blancos y mascarillas decidieron acudir a las localidades más afectadas para retirar el chapapote de la costa. Unas 65.000 personas acudieron de toda España y Europa. Nace con ellos el movimiento social Nunca Mais que organizó la ola de solidaridad y reclamó responsabilidades medioambientales, judiciales y políticas.
El entonces secretario general del PSOE, José Luís Rodríguez Zapatero, visitó las zonas afectadas y solo el capitán del barco, Apostolos Mangouras fue considerado responsable y condenado a nueve meses por un delito de imprudencia contra el medio ambiente.
La marea de la indignación social
‘El Socialista’ correspondiente al mes de diciembre prestó una especial atención al desastre medio ambiental producido por el Prestige. Desde la foto de portada en la que aparecen un grupo de voluntarios limpiando la costa gallega hasta su editorial se centraron en esta calamidad.
Bajo el título de “Las “palas” del Sr. Aznar”, el editorial puso de manifiesto las mentiras, ocultación de información, carencia de medios y la censura informativa del Gobierno de Aznar desde el instante en el que tuvo conocimiento del escoramiento, y posterior hundimiento del Prestige; y que un mes después del hundimiento, el desastre ecológico seguía castigando las costas gallegas como consecuencia de las sucesivas mareas negras y un mes después, también el Gobierno seguía mintiendo.
Las «palas» de El Sr. Aznar
En el reportaje “El Gobierno naufraga en la marea negra” se comentó que esta era “la historia de una catástrofe” de la que “nadie responsabilizó al Gobierno de la Xunta» pero que no supo estar a la altura del desastre que vivieron los gallegos y relató cómo el barco soltó 4.000 toneladas del llamado “chapapote», palabra gallega con la que se designa al alquitrán que se emplea en las carreteras y la forma en que la marea negra afectó a los parques naturales de las Cíes
El Gobierno naufraga en marea negra
El Socialista registró la alerta total en toda la costa atlántica de Galicia y cómo los voluntarios y mariñeiros ayudaron en la limpieza de las playas de chapapote, sin medios y con sus propias manos, ante la indiferencia del presidente de la Xunta, Manuel Fraga, quien, entre tanto, participaba en unas jornadas gastronómicas en el norte de Portugal.