Desde sus acercamientos a Vladímir Putin, veamos la reunión de Arabia Saudí, hasta, sobre todo, las recientes intervenciones del nuevo vicepresidente J.D. Vance, la política exterior de Estados Unidos está tomando un rumbo que muchos consideran peligroso para la estabilidad global. Se empieza con un empujón y se termina a puñetazo limpio.
Este cambio de dirección ha llegado a que Trump plantee cada vez más reiteradamente abandonar la OTAN, Creo que Europa, los europeos, deberían anticiparse con la expulsión de Estados Unidos de la OTAN, para proteger sus propios intereses y valores, que el norteamericano está poniendo en peligro.
Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump, es una obviedad, ha adoptado una postura agresiva, unilateral y excluyente en política exterior. Digamos adiós a los paradigmas anteriores y dejemos de llevarnos las manos a la cabeza. Esto no son mensajes de búsqueda del efecto mediático. El discurso del vicepresidente americano de EE. UU., J.D. Vance, en la Conferencia de Seguridad de Múnich no deja resquicio a dudas (texto completo). Su acercamiento a Putin, que incluye conversaciones directas para resolver la guerra en Ucrania sin la participación de Europa, ha dejado a muchos líderes europeos preocupados por la seguridad del continente. Este movimiento hay que verlo como una traición a los valores y alianzas que han sostenido el orden internacional desde la Segunda Guerra Mundial
El vicepresidente J.D. Vance, en su debut en la escena internacional, ha reforzado esta nueva dirección al rechazar los esfuerzos europeos para regular la inteligencia artificial y defender un enfoque más abierto e impulsado por la innovación. Estas acciones solo pueden ser interpretadas como un intento de consolidar el poder tecnológico y militar de Estados Unidos, a menudo en detrimento de sus aliados tradicionales. Todo ello ante la consolidación tecnológica de China.
La erosión del orden internacional basado en reglas
El concepto de un «orden internacional basado en reglas» ha sido fundamental para la estabilidad global desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, la administración Trump parece estar desmantelando este sistema en favor de un nuevo orden mundial sin reglas claras o, mejor dicho, a conveniencia. Este cambio ha sido impulsado por una combinación de proteccionismo económico, como los aranceles que quieren imponer a los que formalmente son sus aliados, y una política exterior que prioriza los intereses estadounidenses exclusivos a corto plazo sobre la cooperación internacional y el desarrollo. Blanco y en botella… Es una ruptura sin duda radical con el orden económico anterior y el fin de los Acuerdos de Bretton Woods que han permitido el bienestar europeo (y norteamericano) y el desarrollo económico mundial gracias a reglas comerciales y financieras preestablecidas.
La cumbre convocada por Macron y la respuesta europea
En respuesta a estos desafíos, el presidente francés Emmanuel Macron ha convocado a los gobernantes europeos para discutir la seguridad en Europa y la guerra en Ucrania, como primer escollo a resolver. Luego vendrán los siguientes. Esta cumbre, en principio, es un intento de formular una respuesta conjunta de los europeos a las políticas de Trump y reafirmar la autonomía estratégica de Europa. La participación del Reino Unido es muy importante si todos saben aprovechar el momento para volver sobre los pasos mal dados. Yo no hubiera perdido la oportunidad de haber invitado a Canadá, país vecino de los estadounidenses y que está siendo humillado por el emperador del far-west. Imprescindible leer:: Un giro copernicano: del alejamiento al acercamiento entre el Reino Unido y la Unión Europea de Francisco Aldecoa y ¿Y si vuelve a casa? De Carlos Miranda
Las elecciones en Alemania y el auge de fuerzas políticas disruptivas
Las próximas elecciones en Alemania también juegan un papel crucial en este contexto. Con partidos de extrema derecha como Alternativa para Alemania (AfD), segundo en las encuestas, y los roji-pardos de Alianza Sahra Wagenknecht-Por la Razón y la Justicia ganando popularidad, la política alemana está en un estado de flujo. La CDU, bajo el liderazgo de Friedrich Merz, está adoptando una postura más estricta sobre la inmigración y la política económica, lo que podría influir en la dirección futura de la política europea. Pero lo importante es que las que han sido históricamente las dos grandes fuerzas alemanas (democristianos y socialdemócratas) depongan sus urgencias electorales, por lo que es la importancia, no solo la política, el futuro.
El miedo a la seguridad en Europa y la pérdida del «amigo americano»
La seguridad en Europa, es cierto, ha dependido históricamente del apoyo de Estados Unidos. Sin embargo, la administración Trump primero ha sembrado dudas sobre este compromiso, especialmente con declaraciones que sugieren que Estados Unidos no protegería a los miembros de la OTAN que no cumplan con sus objetivos de gasto. Esta incertidumbre ha llevado a algunos líderes europeos a considerar posibilidad de expulsar a Estados Unidos de la OTAN para proteger sus propios intereses En concreto, se atribuye esta afirmación, luego negada, a Mark Rutte, Secretario General de la OTAN.
La lucha contra la inmigración y el aumento de la inversión en armamento. El miedo estratégico.
Los movimientos reaccionarios en Europa están utilizando la inmigración como un tema central para ganar apoyo, lo que terminará tensionando a todas las sociedades europeas. Al mismo tiempo, la inversión en armamento nunca ha sido abandonada por Estados Unidos, China y Rusia. Combinemos ambos: el aumento en el gasto militar refleja una creciente percepción de amenaza y una mayor disposición de la ciudadanía a destinar recursos significativos para asegurar la hegemonía y estabilidad, detrayéndolo del bienestar referente europeo. Bienestar que se está poniendo en peligro por una creciente inmigración irregular. Solo queda mover la coctelera y el miedo empieza a correr por las venas.
El poder omnipresente de las tecnológicas
Con relación a Elon Musk, hay dos hechos que ya no son anecdóticos: su influencia en la administración Trump y su ambición de control sobre importantes plataformas tecnológicas. Va a jugar un papel crucial en este nuevo (des)orden mundial. La consolidación del poder tecnológico en manos de unas pocas empresas estadounidenses va a plantear significativos desafíos para la soberanía digital, que hasta ahora nos parecía una entelequia, y va a poner en riesgo la seguridad de los ciudadanos proclives a caminar siempre a favor del viento. No va a ser cuestión de esa suerte de negacionismo que es la hiperregulación y prohibición. Tal vez la cuestión es si Europa, realmente de verdad de la buena, está dispuesta a construir su propio universo tecnológico y, por ende, defensa.
La necesidad de una reacción europea
Ante estos desafíos, Europa debe considerar seriamente la posibilidad de expulsar a Estados Unidos de la OTAN por deslealtad. ¡No se van ellos, los sacamos nosotros! No porque ya no nos valgan, que también, sino porque Europa lleva demasiado tiempo haciéndose perdonar sus desafueros del pasado siglo. Hay que buscar nuevas alianzas con países como Canadá y Reino Unido. Lo de los rusos y los chinos lo vamos hablando. Si el nuevo desorden va de pie en pared, los europeos debemos demostrar que no nos gustan “los rodeos” y que los valores democráticos liberales siguen siendo nuestro patrimonio y hagámonos cargo de nuestra seguridad.
Trump y sus pistoleros han demostrado una y otra vez que están dispuestos a traicionar los principios que han sostenido el orden internacional desde la Segunda Guerra Mundial, desde la imposición de aranceles hasta la seguridad bajo chantaje.
Es crucial que los llamados líderes europeos actúen con decisión, relean la historia, vean que es el momento de construir una verdadera identidad europea y pasar página, pues aquella historia se acabó.