Tribuna de María Luz Martínez Seijo, secretaria de Educación y FP del PSOE.
El Socialista Nº 126 19 de noviembre de 2021
Si de algo nos sentimos orgullosos los y las socialistas es de nuestros principios y convicciones que guían nuestra acción de Gobierno para transformar y mejorar nuestra sociedad. La educación es la herramienta esencial para convertir nuestros principios en realidades. Siempre hemos defendido que la educación sea un verdadero ascensor social, que permita la movilidad social, que nuestras escuelas e institutos sean auténticos espacios reproductores de la igualdad de oportunidades.
Cada ley educativa que hemos aprobado ha venido acompañada de importantes cambios educativos para consolidar cambios y derechos sociales. la LOMLOE no ha sido menos, porque ha sido la primera ley educativa española que integra los derechos de la infancia de Naciones Unidas (1989) y hace una clara apuesta por extender la red pública de plazas de educación infantil (0-3 años). Una apuesta que no ha sido un simple anuncio, sino que se ha convertido en una prioridad y un compromiso de este Gobierno para crear 65.382 nuevas plazas en 3 años con un presupuesto total de 660 millones.
El programa de cooperación territorial que fue aprobado esta misma semana refleja nuestra manera de hacer política, la del consenso y el acuerdo, porque las 65.382 plazas van a ser creadas con el acuerdo y la participación de todas las comunidades autónomas, que van a poder recibir 200 M millones este año para ampliar la tasa de escolarización que se vio reducida y estancada durante los años de gobierno del PP.
La apuesta por la educación infantil no se trata exclusivamente de crear plazas; es una apuesta por la equidad y la calidad. La LOMLOE contempla la creación de un plan para su extensión, de manera que se avance hacia una oferta pública suficiente y asequible con equidad y calidad y con garantías de su carácter educativo. Este es nuestro modelo, muy diferente al modelo del Partido Popular cuya opción es la privada, la del cheque y exenciones fiscales, en vez de un servicio de atención educativa y de crianza integral a través de centros públicos de proximidad.
Las investigaciones realizadas en todo el mundo demuestran la relevancia del modelo educativo y no asistencial en educación infantil y sus repercusiones para toda la vida. La contribución de la escolarización temprana es esencial para el éxito escolar en términos de eficiencia y equidad, pero también lo es su papel facilitador para la socialización y el desarrollo de las competencias que preparan para los aprendizajes obligatorios. No menos importantes son la necesidad de proteger los derechos de la infancia y la capacidad de dar respuesta a las familias, posibilitando la conciliación de su vida familiar y laboral.
La educación infantil 0-3 es un medio para facilitar la igualdad de oportunidades educativas, entendida como el aumento de la probabilidad de alcanzar un nivel de estudios determinado al comienzo del sistema educativo para alumnos y alumnas que por sus circunstancias parten con desventaja. Por ello hemos asumido este compromiso para extender la gratuidad de la educación infantil, priorizando el acceso del alumnado en situación de riesgo de pobreza y exclusión social, pero también vamos a contribuir a la igualdad de oportunidades de las niñas y niños de zonas rurales. Nuestro objetivo es la disponibilidad, accesibilidad y la asequibilidad de servicios de alta calidad, de ahí que este programa vaya dirigido a la creación de plazas públicas en exclusiva.
Además, la educación infantil no solo mejora las capacidades cognitivas y no cognitivas de los niños y niñas relacionadas con su desempeño escolar, sino que invertir en la atención educativa de la primera infancia tiene unos beneficios multiplicativos demostrados en todos los países. En España la reforma de la LOGSE que universalizó la educación para los 4 y 5 años supuso una rentabilidad de cuatro veces su coste total.
Nuevamente los socialistas vamos a impulsar la atención educativa para 1 y 2 años como medida de equidad que tendrá un retorno social y económico muy positivo, y permitirá que las familias jóvenes tengan una plaza asequible para sus hijos que a la vez garantice la conciliación, el empleo femenino y un buen arranque educativo y cognitivo para sus pequeños.
Por ello, invertir en educación infantil es la mejor inversión qué podemos hacer en educación, porque los más pequeños son los que más se beneficiarán en el futuro.
Pero nuestra apuesta por la educación no se reduce a la inversión en una etapa educativa, sino que es una inversión global en el conjunto del sistema educativo. Estos presupuestos destinan 6.036 millones de euros a la educación española, casi 3 veces más que el último presupuesto del PP. Es una inversión para modernizar la educación española, generalizando la digitalización en todas las aulas, para ampliar, para mejorar y consolidar la Formación Profesional como una oferta formativa a lo largo de la vida, para reforzar la inclusión educativa, para combatir la segregación escolar, para abordar una reforma curricular en todas las etapas y sobre todo, para garantizar el derecho a la educación con un nuevo récord histórico para la igualdad de oportunidades, 2150 millones de euros para becas y ayudas al estudio. Este es el modelo socialista, gobernamos e invertimos para mejorar nuestra educación.