Cacerolada por el cierre de las terrazas covid en Chamberí, el 28 de octubre de 2021. / AV El Organillo

Ante el deterioro de la calidad de vida en el distrito causado por el descontrol de las terrazas y de los locales de hostelería, y la nula respuesta de la Administración, esta mañana la Asociación Vecinal ‘El Organillo’ de Chamberí ha dado un paso más en la defensa de los intereses del vecindario al llevar el problema a los tribunales.

FRAVM
Asociaciones vecinales Federación Madrid

La entidad, junto a varios vecinos y vecinas a título particular, ha interpuesto un recurso contencioso administrativo “contra la inactividad o ineficacia del Ayuntamiento de Madrid” a la hora de atender los ruegos de la vecindad ante el exceso de ruido y proteger sus derechos fundamentales.

El escrito registrado en el Juzgado Decano de lo Contencioso Administrativo de Madrid por el abogado de la asociación deja claro que el número de denuncias y reclamaciones presentadas en los últimos diez años “es innumerable y, sin embargo, el Consistorio no ha querido o sabido reconducir la situación de extrema contaminación acústica a parámetros tolerables”. El último requerimiento realizado, con fecha del pasado 21 de octubre, ni siquiera ha recibido respuesta, un silencio administrativo que El Organillo ha decidido usar como base del contencioso. De esta manera, ha trasladado al ámbito judicial un conflicto que en los últimos meses ha sacado a la luz con contundentes y multitudinarias protestas en la calle, recogidas de firmas y numerosas reuniones con representantes políticos.

Chamberí, barrio residencial por excelencia, ha sufrido en la última década una clara degradación “debido a la contaminación acústica causada por las actividades de ocio diurno y nocturno y problemas de orden público, debido a la gran concentración de locales de ocio existentes”, que lo han convertido en “una suerte de parque de atracciones monotemático de locales de copas, terrazas, ruido y vandalismo”, puede leerse en el recurso judicial. Según los datos de la propia web del Ayuntamiento de Madrid, en 2016 el número de terrazas era de 364; en junio de 2020 era de 478 y en septiembre de 2021 de 748 terrazas, que ocupan una superficie de 22.510 m2, es decir unos seis campos de fútbol.

“Al menos desde el año 2017, el Ayuntamiento tiene conciencia plena y fehaciente, a través de sus propios servicios técnicos, de la situación vulneradora de los derechos fundamentales en la que se encontraba el barrio en general y determinadas calles en particular. Los niveles de ruido existente superan enormemente los niveles máximos permitidos por la Ordenanza de ruido de Madrid (OPCAT), incluso para zonas industriales durante todos los tramos horarios y en todos los puntos de medición”, sostiene en su demanda la asociación vecinal, que ante la inacción municipal decidió contratar los servicios de una ingeniería acústica para que realizara mediciones de ruido del 1 al 4 del pasado mes de octubre. El resultado de esta campaña de mediciones es devastador: “Los niveles evaluados superan incluso los límites correspondientes al área acústica menos sensible establecido en la legislación vigente, Área Tipo V, (Área especialmente ruidosa), de uso industrial, donde el valor límite, en periodo nocturno, es de 55dB + 5 dB (Lkeq,T). Por tanto, la actividad de las terrazas y pubs/discotecas provoca, en zona residencial, niveles de ruido iguales o superiores a los que pueden ser admisibles generar en una zona industrial en periodo nocturno”, puede leerse en el informe solicitado por El Organillo.

“Estas mediciones de octubre de 2021 demuestran que los niveles medidos por el propio ayuntamiento de Madrid en el año 2018 se ven incluso superados entre 15 y 20 decibelios en octubre de 2021, por lo que la situación de “grave riesgo” existente se ha aumentado de forma dramática para los vecinos. Esto, obviamente, supone un atentado a los derechos fundamentales de los vecinos intolerable en un Estado de Derecho que debe ser corregido de forma inmediata”, sostiene el abogado de la asociación vecinal. Derechos como los recogidos en los artículos 15 y 18 de la Constitución Española.

En el requerimiento del pasado 21 de octubre que da origen al contencioso administrativo presentado es mañana, la Asociación Vecinal El Organillo incluye una serie de demandas con el fin de corregir este grave problema. Entre ellas se encuentran algunas repetidas hasta la saciedad por las asociaciones vecinales en los últimos meses como la retirada de todas las terrazas autorizadas extraordinariamente en la calzada y en la acera en el marco de la pandemia de la Covid-19, la limitación de la actividad de los veladores al horario diurno (es decir, hasta las 23:00), la reducción del número y tamaño de las terrazas existentes, la declaración de Chamberí como Zona de Protección Acústica Especial y un control e inspección exhaustivos de “todas las actividades de ocio nocturno generadoras de ruido del barrio de Chamberí”.

Por psoech