Publicado por José Luis Pedreira Massa
Hace un mes José María Poveda, amigo y colega de profesión y docencia, me regaló un libro maravilloso y original: “Introducing Chomsky” de dos autores llamados John Maher y Judy Groves. Al regalármelo me dijo que era un libro original y que sabía…

Por  José Luis Pedreira Massa |miércoles, 03 de noviembre de 2021 | Fundación Sistema

Hace un mes José María Poveda, amigo y colega de profesión y docencia, me regaló un libro maravilloso y original: “Introducing Chomsky” de dos autores llamados John Maher y Judy Groves. Al regalármelo me dijo que era un libro original y que sabía que, como alumno de Chomsky, me gustaría. Es un libro riguroso que plantea los temas básicos de Chomsky atravesando su pensamiento de semiótica, del lenguaje, de sus contenidos institucionales, políticos y sociales, lo podrían haber hecho tipo “tocho”, pero es un libro amable hecho en plan comic, con unas ilustraciones “hablantes” en cada tema. Un libro original lleno de intencionalidad. Desde luego reconocí las cosas que, en aquel seminario al que asistí en USA hace más de 35 años, escuché a Chomsky. Muchas gracias por el regalo, José María.

Multitud de personas sesudas y pensantes han criticado a Chomsky en todo el amplio espectro de sus pensamientos y aportaciones, siempre parten de sus aceradas críticas al funcionamiento de las instituciones liberales en lo social, de la ideología liberal-conservadora en la perspectiva socio-política, partiendo como ejemplo de la sociedad y política de USA, tal como Chomsky expresa: “la profunda violencia de la política imperial norte-americana a lo largo y ancho del mundo, con la pobreza y gran desigualdad de la democracia americana”. Le acusan de ser anarquista o libertario, pero lo cierto es que defiende alguna de las tesis de Bakunin, sin aprobar totalmente sus premisas.

Nos avisa que todo lo basamos en el lenguaje, según Chomsky, el lenguaje está “perfectamente diseñado”, introduce el poder de la interpretación, por lo que en una formulación puede incluir la verdad, pero también hacer creer que has conseguido acceder a la verdad o te señala de forma “grave” hacia algunos puntos de vista y te aleja de otros. Matiza, con decisión, que “consideramos que el problema de la adquisición del lenguaje es el de fijar parámetros en un sistema determinado en gran medida”, aclara diciendo “el lenguaje no se aprende, crece”.

Noam Chomsky se dio a conocer como lingüista, pero también es filósofo y politólogo. Al mismo tiempo, se ha convertido en uno de los principales activistas de las causas libertarias. Sus escritos han circulado por todo el mundo y no dejan de sorprender a los lectores.

Aquí se va a recordar su decálogo sobre la manipulación mediática, por el gran impacto sobre la elección política, además tiene mucha importancia en nuestro país en el momento actual:

  1. La distracción la más recurrente de las estrategias de manipulación masiva. Consiste, básicamente, en orientar la atención del público hacia temas irrelevantes o banales. De este modo, mantienen ocupada la mente de las personas. Una de las formas es la sobreinformación. Se da excesiva importancia, por ejemplo, a los eventos deportivos, o la vida de la farándula, a las curiosidades diversas. Esto hace que la gente pierda de vista cuáles son sus problemas reales.
  2. Problema-Reacción-Solución: A veces el poder, deliberadamente, deja de atender o atiende en forma deficiente ciertas realidades. Hacen ver esto a los ciudadanos como un problema que demanda una solución externa. Ellos mismos proponen la solución. Se utiliza esta estrategia de manipulación masiva para tomar decisiones que son impopulares. Por ejemplo, cuando quieren privatizar una empresa pública e intencionalmente desmejoran su servicio. Al final, esto justifica la venta.
  3. La gradualidad: Se utiliza para introducir medidas que usualmente la gente no aceptaría. Consiste en aplicarlas poco a poco, de suerte y manera que resulten prácticamente imperceptibles. Se ha empleado, por ejemplo, en la reducción de los derechos laborales. En diferentes sociedades han ido implementando medidas, o formas de trabajo, que terminan haciendo ver como normal el hecho de que un empleado no tenga ninguna garantía de seguridad social.
  4. Diferir: Consiste en hacer pensar a los ciudadanos que se toma una medida que temporalmente resulta perjudicial, pero que hacia el futuro puede traerle grandes beneficios a toda la sociedad y, por supuesto, a los individuos. El objetivo es que la gente se acostumbre a la medida y no la rechace, pensando en el supuesto bien que traerá el día de mañana. Llegado el momento, el efecto de “normalización” ya ha operado y la gente no protesta porque no llegan los beneficios prometidos.
  5. Infantilizar al público: Muchos de los mensajes televisados, especialmente de la publicidad, tienden a hablar al público como si fueran niños. Emplean gestos, palabras y actitudes que son conciliatorios y que están impregnados de un cierto halo de ingenuidad. Cumple el objetivo de vencer las resistencias de la gente. Es una de las estrategias de manipulación masiva que busca neutralizar el sentido crítico de las personas. Los políticos también emplean estas tácticas, mostrándose con paternalismo.
  6. Acudir a las emociones: Los mensajes que se diseñan desde el poder no tienen como objetivo la mente reflexiva de las personas. Lo que buscan principalmente es generar emociones y alcanzar el inconsciente de los individuos. De ahí que muchos de esos mensajes estén llenos de emotividad. El propósito de esto es crear una especie de “corto circuito” con el área más racional de la gente. Con las emociones se capta el contenido global del mensaje, no sus elementos específicos. De este modo, se neutraliza la capacidad crítica.
  7. Crear públicos ignorantes: Mantener a las personas en la ignorancia es uno de los propósitos del poder. La ignorancia significa no otorgar a la gente las herramientas para que puedan analizar la realidad por sí mismos. Contarle los datos anecdóticos, pero no darle a conocer las estructuras internas de los hechos. Mantener en la ignorancia también es no poner énfasis en la educación. Promover una amplia brecha entre la calidad de la educación privada y de la educación pública. Adormecer la curiosidad por el conocimiento y dar poco valor a los productos de la inteligencia.
  8. Promover públicos complacientes: La mayoría de las modas y tendencias no se crean espontáneamente. Casi siempre se inducen y promueven desde algún centro de poder que ejerce su influencia para crear oleadas masivas de gustos, intereses u opiniones. Los medios de comunicación habitualmente promueven ciertas modas y tendencias, la mayoría de ellas alrededor de estilos de vida simples, superfluos o hasta ridículos. Convencen a la gente de que comportarse así es “lo que está de moda”.
  9. Refuerzo de la autoculpabilidad: Consiste en hacer creer a las personas que ellos, y solo ellos, son los culpables de sus problemas. Cualquier cosa negativa que les suceda, solo depende de sí mismos. De este modo se les hace creer que el entorno es perfecto y que si se presenta una falla es responsabilidad del individuo. Por lo tanto, las personas terminan tratando de encajar en su entorno y sintiéndose también culpables por no lograrlo del todo. Desplazan la indignación que podría provocarles el sistema, hacia una permanente culpabilización de sí mismos.
  10. Conocimiento minucioso del ser humano: Durante las últimas décadas, la ciencia ha logrado recopilar una impresionante cantidad de conocimientos acerca de la biología y la psicología de los seres humanos. Sin embargo, todo ese acervo no está al alcance de la mayoría de las personas. Al público solo llega una mínima cantidad de información al respecto. Entre tanto, las élites disponen de todo ese saber y lo usan a conveniencia. Nuevamente se hace patente que la ignorancia facilita la acción del poder sobre la sociedad.

Todo lo expuesto es de especial utilidad para “desmontar” el estado de bienestar, sobre todo la sanidad y la educación. La Comunidad de Madrid ha sido, continúa siendo hoy día, el paradigma de todo ello. En primer lugar, minimizando su propia responsabilidad en las acciones y magnificando el impacto de lo que hace el gobierno central. Derivando la visión hacia arriba, con el fin que la población no le demande sus propias responsabilidades. La pandemia ha sido la excusa maravillosa y oportuna para justificar todos los actos que se llevan a cabo, pero se hace con un doble contenido: por una parte, se limitan los servicios y, por otro, la culpa es de la pandemia y que el gobierno central no ayuda.

¿Cuáles son los pasos que se han seguido? Para comprenderlo, leemos en Chomsky lo siguiente: «En la privatización de muchos servicios públicos … hay un deseo de privatizar los sentimientos y la razón de una persona, para obtener el control total». El científico argumenta su opinión por el hecho de que cada contribuyente no recibe casi ningún beneficio por sus deducciones. Esto concierne tanto a la educación como a la salud.

Los pasos que se llevan a cabo, según Chomsky, consiste primero en disminuir el presupuesto dedicado a los servicios públicos, entonces el servicio se va deteriorando, la sociedad va percibiendo el deterioro de la prestación del servicio y reclama a la administración, en estas circunstancias, la administración decide dar los servicios pagando a los servicios privados, se restablecen los servicios y la sociedad queda satisfecha, pero esos servicios ya no son públicos. La privatización ha tenido lugar, sin crisis social. Simultáneamente a estos pasos se van desarrollando las técnicas de manipulación masiva, descritos con anterioridad, con lo que se cierra el círculo y sin apenas costes políticos y electorales para quien así se comporta. En Madrid se llevan 24 años sin poder desmontar este entramado perverso.

El primer paso es el recorte presupuestario en sanidad. En la Comunidad de Madrid se recortó de forma muy evidente el presupuesto en la sanidad pública, a la par que se incrementaba lo presupuestado en conciertos privados, esta acción presupuestaria fue una constante desde 2005 y se agudizó en la crisis del 2008 y se ha alargado hasta la actualidad. La Comunidad de Madrid es la comunidad más rica del Estado no obstante el gasto sanitario por persona y año, coloca a la población de Madrid en el penúltimo puesto de todas las Comunidades Autónomas del Estado. En el proyecto de presupuesto para 2022 la Comunidad de Madrid destina a Sanidad (8.783,8 millones de euros) una cuantía inferior al presupuesto ejecutado en 2019 (8.831 millones de euros), a pesar que en ese trayecto de tiempo se ha padecido una pandemia de efectos devastadores en la atención sanitaria. Un dato complementario ha aparecido recientemente: el gasto de la Comunidad de Madrid durante la pandemia solo ha supuesto el 1,4% del gasto (40 millones de euros), siendo el 98,6% restante financiado por el Gobierno Central (3.437,6 millones de euros).

El deterioro de los servicios sanitarios fue de forma progresiva. Se inició con disminución del presupuesto de mantenimiento de los edificios, lo que originó múltiples accidentes de inundación con el agua en varios centros hospitalarios de Madrid (Hospital Universitario Gregorio Marañón, Hospital Universitario La Paz, Hospital Universitario 1º de octubre). Luego se restringieron las reposiciones de personal por bajas, por jubilación, con lo que el impacto en Atención Primaria fue tremendo porque se incrementaba la población a cargo para los profesionales, en tiempo normal se llevaba mal, pero se llevaba, aunque supuso alguna huelga de forma tímida y que se abortó con promesas que nunca llegaron a cumplirse. La pandemia hizo el resto: se cerraron las urgencias de atención primaria, y los propios centros de Atención Primaria. Se difundió la denominada “teleasistencia”, a pesar del bajo nivel de satisfacción de la población, se rompía la base fundamental de la Atención Primaria: la accesibilidad. Tampoco se reforzó, de forma adecuada, con la pandemia, pues las promesas se diluyeron.

Efectivamente, la población evidenció su descontento. Puso de manifiesto que las llamadas de teléfono se eternizaban, no siendo contestados de forma satisfactoria. Las listas de espera se han engordado de forma muy patente, incluidas las causas más importantes como pudieran ser las sospechas de afecciones oncológicas. En algunos sectores sanitarios el deterioro es tan relevante que ya la protesta no es suficiente, caso de la asistencia a la salud mental. Este deterioro se demuestra con el incremento de la suscripción de pólizas en los seguros privados, que en la Comunidad de Madrid hace que se alcance la cifra de casi el 40% de la población tiene la doble cotización, en el sistema público y en el privado.

La solución buscada por La Comunidad de Madrid es la que adelantaba Chomsky: privatizar la asistencia. Efectivamente, se han construido hospitales, pero se otorgaba a una empresa privada la gestión, así ha acontecido con varios centros hospitalarios que se han cedido a una empresa como Quirón Salud. La tan cacareada construcción del denominado hospital de pandemias Isabel Zendal ha originado una cesión de la gestión, un hospital sin criterio de planificación alguno y con una construcción y distribución totalmente anticuada, la partida presupuestaria para conciertos con la asistencia privada se vuelve a incrementar. Ahora tiene “la razón”: la población solicita solventar los temas pendientes, es decir no se considera un deterioro por una muy deficiente gestión y se oferta “la solución” que, no es otra, que la asistencia privada que, en este caso, parasita a los servicios públicos.

Ahora es responsabilidad de la oposición política sacar los colores a la administración de la Comunidad de Madrid con argumentos estructurales y de análisis de los pasos que se han desarrollado. Chomsky aporta un método y una argumentación elaborada y fundamentada desde la manipulación masiva de la información hasta la ejecución de la privatización de los servicios públicos.

Solo queda poner en evidencia estos contenidos, pensemos entre todos… se cumplen todos los pasos.

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José Luis Pedreira Massa es Psiquiatra y Psicoterapeuta de infancia y adolescencia. Prof. Psicopatología, Grado Criminología, UNED (jubilado). Prof. Salud Pública, Grado Trabajo Social (jubilado), UNED

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