En estas épocas ni las navidades permiten la tranquilidad, ya no hay periodo de descanso de expresar amores y sinsabores, se acabó el armisticio navideño y aparece el cuñadismo desbocado y desparramado, se diga lo que se diga, se haga lo que se haga…
revista.lamardeonuba.es | Por José Luis Pedreira Massa | lunes, 27 de diciembre de 2021
En estas épocas ni las navidades permiten la tranquilidad, ya no hay periodo de descanso de expresar amores y sinsabores, se acabó el armisticio navideño y aparece el cuñadismo desbocado y desparramado, se diga lo que se diga, se haga lo que se haga… dime de qué se habla que me opongo. Opciones que incrementan la desmotivación en la población y emerge con fuerza lo que la OMS ha denominado como “fatiga pandémica”. Todo ello aparece en pleno ascenso de la denominada como sexta ola.
En medio de esta ambiente enrarecido cual si estuviésemos en las faldas del volcán de La Palma, surge la palabra, fortalecida por la simpleza, pero que es insulsa y trapalleira de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, la palabra de IDA, más ida que nunca. Con desfachatez, capacidad de provocación y dosis de manipulación es capaz de mentir y asegurar que los problemas de la Atención Primaria en Madrid se deben a que los profesionales sanitarios están boicoteando su funcionamiento, que no contestan los teléfonos, que están retrasando las citas y las intervenciones.
No se preocupen, el Ilustre Colegio de Médicos de Madrid no ha contestado, se ha comido el sapo, ni siquiera se le ha movido el flequillo. Incomprensible. Se supone que está para estas cosas… Ah … que ya, si
Pues bien, doña IDA contradice todo lo que sabe y percibe la ciudadanía: los profesionales sanitarios están dándolo todo, están sobrepasados, cansados, lo vienen diciendo, avisando comunicando… pero siguen y aincendio.
Alguien debería señalar que la crisis de la Atención Primaria en la comunidad de Madrid se desarrolla a partir de los recortes acontecidos a parir de 2012, unos recortes que nunca fueron revertidos, ni en época de pandemia. Así Madrid siendo la Comunidad Autónoma más rica, se sitúa a la cola de la inversión en sanidad por habitante, disminuye presupuestos dedicados a la sanidad pública y se incrementa en las subvenciones y convenios con la sanidad privada. Así s cumple, el primer paso del trayecto, definido por Chomsky, para la privatización de los servicios públicos.
Durante la pandemia la Comunidad de Madrid estaba tan al límite que contrató profesionales para la Atención Primaria y otros niveles asistenciales, pero poco duró la alegría en la casa del pobre, ya se han rescindido los contratos efectuados, con lo que la dificultad se ha incrementado al recuperar la actividad más normalizada, pero en condiciones especiales que dificultaba poder subvenir la atención a la nueva demanda sanitaria generada tras la Covid.
Repite IDA y los suyos que existe una carencia de profesionales sanitarios en Madrid que es muy importante, pero no dice nada más que una parte de la realidad. Solo 17 profesionales de atención primaria solicitaron quedarse en Madrid tras finalizar el MIR de Medicina de Familia. La razón hay que buscarla en que las Comunidades autónomas alrededor de la de Madrid les ofertan unas condiciones laborales razonables, frente a la precariedad de los contratos que oferta la Comunidad de Madrid.
Por si las cosas no estuvieran suficientemente claras, desde el inicio de la pandemia la Comunidad de Madrid ha realizado dos movimientos curiosos, cuanto menos: cierra las urgencias de atención primaria (UAP) y, con posterioridad, se fueron cerrando algunos centros de atención primaria. Pasa el tiempo y UAP y centros siguen cerrados, de forma incomprensible, en múltiples lugares.
Un ejemplo tremendamente doloroso es que hace más de 650 días que el Gobierno de IDA aprobó un Protocolo que impedía trasladar al hospital a los residentes más vulnerables, 7.291 murieron sin recibir atención médica. Nadie de la administración IDA lo ha explicado, atacando de forma furibunda a quien ose recordarlo. La responsabilidad de las Residencias de mayores corresponde a las comunidades autónomas, se transfirió allá por los años de gracia de los ochenta del siglo pasado.
Todos estos hechos han enfadado a la población y se inician las protestas
de la población y de los profesionales. Ojo, ya estamos en el segundo paso hacia la privatización, tal y como lo desarrolla Chomsky. La población exige sus derechos, pero el gobierno de Madrid les responde con farfullerías y trapalladas, justificando que deberá privatizar los servicios, de momento ya el 40% de la población ha buscado pólizas de seguros privados.
Ante la escasa respuesta argumentada y con muchas dudas desde instancias superiores, entonces la Comunidad de Madrid se erige en defensora de desconocidas esencias por encima de quien sea, confirmando que IDA está ida de toda racionalidad.
L especialidad de IDA consiste en derivar toda la responsabilidad por elevación, manifestando una actitud victimista que, de forma incomprensible, le está resultando bien por unos pingües resultados.
Ya es hora de decirla a IDA que se ha pasado tres pueblos, que debe pedir, de forma inmediata, disculpas a los profesionales sanitarios y revertir los funestos efectos que haya podido provocar. Si no lo hiciere, solo queda un camino: la dimisión irrevocable.
Para vd, IDA, solo: adiós.
El Dr. José Luis Pedreira Massa, Don Galimatías en La Mar de Onuba, es Vocal del Consejo Asesor de Sanidad y Servicios Sociales del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. Psiquiatra y psicoterapeuta de infancia y adolescencia. Prof. de Psicopatología, Grado de Criminología (UNED).