El médico psiquiatra y pediatra con más de 35 años de labor profesional indaga en las causas de los trastornos mentales
Diario16 | Por José Luis Pedreira Massa | 20 de diciembre de 2021
En una semana donde el tema de la salud mental y, en concreto el suicidio, ha copado horas de tertulias y portadas de periódicos y revistas con tratamientos muy dispares en cuanto a rigurosidad y seriedad, en Diario16 entendemos que una problemática tan delicada no puede abordarse desde el amarillismo y el sensacionalismo; Requiere pedagogía y profesionalidad.
Entrevistamos al Dr. José Luis Pedreira Massa, médico psiquiatra y pediatra que, con más de 35 años de labor profesional, ha colaborado en la redacción de distintos proyectos de ley relacionados con salud mental e infancia. Recientemente ha participado del equipo asesor de la estrategia de Salud mental aprobada por el Ministerio de Sanidad en el pasado mes de octubre. Los viernes a las 23 se le puede escuchar en RNE en el programa 24 de Sandra Urdin.
Como médico con muchos años de trayectoria profesional, ¿Cómo definiría el concepto de salud mental?
Hacer definiciones cabe la posibilidad de ser reduccionista o dejar algo fuera, por ello mejor es formular los límites conceptuales de la salud mental: sería la capacidad de la persona de encontrarse de forma satisfactoria consigo mismo, con lo que hace en y con el contexto familiar, social, laboral e interpersonal, en el que se desarrolla y que es capaz de interactuar de forma adecuada con las personas que le circundan y ante las circunstancias a las que se enfrente, mostrando una capacidad adecuada de adaptación a las diferentes circunstancias a las que se enfrenta.
La salud mental ha centrado el debate político y mediático del último año y se ha hecho hincapié en la necesidad de ayudar a quienes necesitan tratamiento. Pero ¿Cómo podemos detectar que estamos frente a uno de estos casos? ¿Existen síntomas que puedan contribuir a identificarlos?
La forma fable es el sentimiento y la vivencia de cambio, en relación con los estímulos actuales de la vida y las relaciones, ese cambio es real o vivenciado como tal en relación a las experiencias previas. Los síntomas serán variables y dependerán más de cada persona y su trayectoria vital, la forma de expresión podrá ser en forma somatizada, de modificación del comportamiento y/o de alteraciones emocionales.
En términos estadísticos ¿Cuáles son las patologías más comunes en nuestro país? ¿Tienen algún fundamento sociológico?
Sabemos que la estadística es la mentira de las matemáticas, la estadística nos dice que las alteraciones de la serie ansiosa y de la serie depresiva son los más prevalentes, pero depende de la etapa de desarrollo, pues en la infancia y adolescencia aparecen los problemas de adaptación y comportamiento y en la edad superior a los 70 años lo son en los aspectos relacionados con las alteraciones del deterioro cognitivo. También se debe contemplar la perspectiva de género, en las mujeres los síntomas emocionales o somatizados están más presentes, mientras que en los hombres la presentación comportamental y alteraciones adictivas (con o sin sustancias) son las formas más prevalentes. También la clase social define la forma de presentación, siendo las clases populares las que presentan más presentaciones somatizadas y comportamentales, mientras que las clases medias y altas presentan más prevalencia en los procesos emocionales.
Según los datos del Ministerio de Sanidad, un español se suicida cada dos horas. ¿Qué lleva a un hombre o a una mujer a tomar tal drástica decisión?
En cada persona existen motivaciones muy diferentes. No se debe generalizar en este tema. Las conductas autolíticas son temas muy sensibles y se deben abordar con cuidado y respeto, evitando fáciles generalizaciones y reduccionismos, tan utilizados en la actualidad. En las conductas autolíticas existe la interacción de múltiples factores genéticos, personales, del desarrollo, factores familiares, sociales, laborales, económicos. Todo ello se debe diferenciar de factores constitucionales, factores de desencadenamiento de la conducta y factores acompañantes. Los factores que se detectan suelen ser “la gota que colma el vaso”, pero se nos olvida que ese desbordamiento acontece porque el vaso está lleno previamente.
Durante 2020, en España hubo 3941 suicidios, el 74,3 % fueron hombres y el 25,7 % mujeres. ¿Esta notoria diferencia entre géneros tiene alguna explicación clínica?
En las investigaciones se relaciona con la contundencia de los medios empleados para la conducta autolítica.
Ud. ha colaborado activamente en la elaboración del Plan Nacional de Salud Mental aprobado el pasado mes de octubre por el Presidente del Gobierno Pedro Sánchez y la Ministra Carolina Darias. ¿Nos puede resumir las líneas maestras de la propuesta? ¿Qué recursos va a suministrar el sistema sanitario a los demandantes de tratamiento psicológico?
Es importante señalar que en España no había estrategia de Salud Mental desde el año 2007, luego la actual sufrió un parón hace unos dos años que pudiera haber sido fatal. Hace unos dos años se me confió la coordinación científica y constituimos una Comisión de Coordinación científica multiprofesional con mezcla de experiencia y trayectoria profesional con profesionales jóvenes con curriculum relevante a nivel científico-técnico y la participación de las personas involucradas en la salud mental, luego se contó con los comentarios y alegaciones realizadas por comunidades Autónomas, Asociaciones profesionales, Asociaciones científicas y Asociaciones de personas afectadas con problemas de salud mental. Pero siempre: con un documento sobre el trabajar y con aportaciones relativas a ese contenido establecido como prioridades para este momento de la estrategia, según el encargo del Consejo Interterritorial del SNS.
El segundo aspecto es aclarar qué es un marco estratégico en el SNS. No es una ley, no es un documento científico en exclusiva, tampoco es un marco para solventar reivindicaciones profesionales o laborales. Un marco estratégico establece unas líneas prioritarias para abordar en un plazo de tiempo, tiende a implementar esas líneas con objetivos generales y recomendaciones amplias, basadas en las evidencias científicas existentes sobre ese particular, con el fin que en cada comunidad autónoma se desarrollen las líneas según los recursos de los que
disponga y aquellos otros que vaya incrementando a tal efecto. Por ello la importancia fundamental es que la estrategia de salud mental interpela, de forma directa, a la sensibilidad de las Comunidades autónomas hacia la salud mental y lo pone de manifiesto sus prioridades en la elaboración de sus propios presupuestos anuales. La Administración Central ha cumplido con su labor de promover las líneas estratégicas y coordinarlos en el Consejo Interterritorial y promovido acciones concretas, tal como expuso el Presidente del Gobierno en el día internacional de la Salud Mental, cuatro acciones fundamentales: la dotación inicial de 100 millones de euros, ahora la cumplimentación depende de las comunidades autónomas como responsables de la gestión directa; en segundo lugar, la puesta en marcha del teléfono permanente de atención a las conductas autolíticas; en tercer lugar resaltar el papel de los medios de comunicación en la prevención de las conductas autolíticas y, por fin, el reconocimiento de la especialidad de Psiquiatría de la infancia y la adolescencia aportando la prioridad preventiva y de intervención precoz ante los problemas mentales. En otras palabras, es una estrategia que busca el reconocimiento de los derechos de las personas con problemas de salud mental, como parte constitutiva de los derechos humanos, incluyendo la perspectiva de género y reconociendo la intervención precoz, la inclusión de la intervención familiar y la base comunitaria de atención de salud mental, lo que implica la coordinación socio-sanitaria. Pero también se formula la necesaria formación de los profesionales y el desarrollo de líneas de investigación específicas.
Desde su punto de vista, ¿Considera que el tema de la salud mental es tabú en los medios de comunicación?
No es tabú, pero se aborda de forma sesgada. Tal como se realiza, en general, favorece la estigmatización al realizar fáciles e inadecuadas relaciones entre comisión de determinados actos con el padecimiento de algún problema mental. El lenguaje que emplea suele ser inadecuado y escasamente preciso. En casi todas las ocasiones confunde la parte por el todo y las conclusiones que plantea son poco afortunadas. Es evidente que existen tentativas loables de cambio, en dos he tenido la oportunidad de haber colaborado, la primera fue cuando el Síndrome tóxico por aceite de colza, que se consiguió modificar la línea informativa basada en las cifras, por una línea basada en los contenidos. La segunda es el documento, referido con anterioridad, para la prevención de las conductas autolíticas y que se encuentra accesible en la página web del Ministerio. Sería bueno elaborar algo parecido para la salud mental en general, como una especie de “libro de estilo” para tratar estos temas.
Y más concretamente… el suicidio?
Como se ha expresado con anterioridad este documento ya está elaborado, con la participación de las Asociaciones de la Prensa, de usuarios de salud mental, de los supervivientes del suicidio, de bomberos, de policías y de profesionales de la salud mental. Está accesible en la web del Ministerio de Sanidad.
Desde los medios de comunicación, ¿Cómo podemos contribuir a tratar correctamente temas inherentes a la salud mental? Desde su experiencia, ¿Cuáles seria sus recomendaciones?
Creo que más que realizar recomendaciones personales, puedo sugerir una línea de actuación que ha resultado exitosa en las dos ocasiones previas a las que he hecho referencia y en las que tuve el placer de haber colaborado desde mi lugar. El trabajo en un grupo con profesionales de la información, por medio de las asociaciones profesionales y con profesionales de la salud mental, que en conjunto elaboren un documento real de “manual de estilo para la información sobre los problemas de salud mental”. Si se hace bien, sería un documento fundamental para disminuir el estigma de los problemas de salud mental y para realizar informaciones rigurosas, sensatas y rigurosas, pero sobre todo: respetuosas y respetando la dignidad de las personas.
En los últimos días, un caso de público conocimiento abrió el debate de cómo abordar la cuestión del suicidio en la prensa. Por respeto a la víctima, a sus familiares, compañeros y amigos, cómo podemos hacer pedagogía desde el periodismo sin caer en el sensacionalismo ni amarillismo?
El documento ya está disponible en la web del Ministerio de Sanidad. No se deben reiterar cosas que ya están hechas, sino que hay que implementar esa opción, debemos difundirlo.
Por último, ¿Qué mensaje le gustaría trasladar a nuestros lectores?
Nadie estamos exentos ni tenemos patente de corso para no ser candidatos a padecer un problema de salud mental, por ello debemos fomentar el respeto y el tratamiento con dignidad de los temas de salud mental. Hemos de colaborar entre todos y todas para presionar a las administraciones, con el fin que atiendan, de forma adecuada y de acuerdo a la evidencia científica, los problemas derivados de la salud mental. No hay salud sin salud mental, es lo que dice la OMS. Seamos coherentes, no es solo un slogan, es un compromiso.
En caso de necesitar asistencia psicológica urgente por riesgo de suicidio, se debe acudir al hospital más cercano de forma inmediata o llamar a los siguientes números de teléfono;
- Servicio de Emergencia 112 (Samur, Summa )
- Asociación Internacional del Teléfono de la Esperanza: 717 003 717
- Teléfono contra el suicido de la Asociación Barandilla: 911 385 385
- Teléfono de Prevención del Suicidio: 900 925 555
- Línea de Ayuda a Menores de la Fundación ANAR: 900 20 20 10