Una biografía digna de nuestro impulso democrático: la participación de los trabajadores en la construcción social con la negociación colectiva como herramienta.
Julián Ariza: una biografía de superación durante el franquismo:
Julián Ariza Rico nace en 1934 en Usera, en la zona sur de Madrid, tras la destrucción de su casa en la guerra civil, se traslada en su infancia primero a Barcelona y luego a Puente de Vallecas, población que termina incorporándose a Madrid en los años 50. Estudia en un colegio público, el General Moscardó, y completa su formación asistiendo a clases particulares de un maestro republicano represaliado. Dejando con 12 años el colegio en 1946. Su vida es un recorrido por la época y las carencias en un barrio obrero de la zona sur de Madrid; una prueba de la situación miserable imperante es que en su casa hasta los años 50, como en otras muchas, no había ni agua corriente. Otra es el uso de la cartilla de racionamiento y el estraperlo como forma de supervivencia. Inicia su trabajo como adolescente como ayudante en una Farmacia, y luego como joven en la distribuidora de productos farmacéuticos COFARES.
El servicio militar le permite iniciarse en el oficio de delineante, con lo que ingresa como calcador en Perkins en 1958, lo que le permite por las tardes estudiar delineación en la Escuela de Maestría Industrial de Embajadores, siendo además como prueba de su capacidad de organización, presidente durante dos años de la Asociación de Maestros Industriales de Madrid.
Coincide en Perkins con Marcelino Camacho, que era ya encargado de Taller, presentándose juntos al Jurado de Empresa por el Grupo Técnico. En ese período coincide que Joaquín Ruíz Jiménez resulta ser el presidente del Consejo de Administración de Perkins y que en 1964 funda también Cuadernos para el Diálogo, revista esencial como aglutinador de la oposición y en la que va a colaborar también Julián Ariza.
CC. OO., sindicato del que Ariza es uno de los fundadores, se desarrolla en dos etapas, una primera donde lo esencial era resolver una reivindicación concreta mediante una estructura puntual de comisiones de trabajadores, y otra ya en los años 60 donde pasa a estructurarse como la organización Comisiones Obreras, pasando de ser un movimiento puntual, a tener una estructura sindical formal.