Hace un par de meses dije que la cupletista Olga María Ramos había acertado al denominar como ALCALDITO a José Luis Martínez Almeida, y no porque se refiera a su altura física, sino por su estatura política. Así comenté que para la política no importa si uno es alto, bajo o de estatura media como Zelensky, sino que lo que importa entre otras muchas cualidades es ejercer la política con honestidad, y en este sentido no me refería solo a ser corrupto, sino a demostrar que en los momentos difíciles uno sabe mantenerse firme, responder a lo que se le pregunta, diferenciar entre ética y legalidad, y sobre todo no esconder su responsabilidad política detrás de la responsabilidad judicial.

Pues han pasado dos meses, y me reitero en lo de que ALCALDITO es la forma más acertada, de momento, de cómo llamar a Martínez Almeida.
Se nos estaba olvidando ya su puesta de perfil en el caso denunciado por Pablo Casado sobre el hermano de Ayuso y los casi 300.000 € de todos los madrileños que éste se llevó en comisiones, cuando mira aquí por donde, aparece un primo, bueno, aparecen dos primos, uno el primo hermano del ALCALDITO y otro, el Ayuntamiento junto a todos los madrileños, pues en toda estafa hay un primo, es decir, el estafado (aunque según Martínez Almeida sea presunto).

Y cuando se le pregunta al que creemos el máximo responsable del Ayuntamiento sobre la estafa (presunta), el contrato, su primo hermano, las comisiones, los estafadores (presuntos), las mascarillas, los guantes, los tests, el precio, el nombre de la empresa vendedora, los correos electrónicos, los whatsapps, las cartas de recomendación, los sellos y firmas de esas cartas, los rolex, veleros, lamborginis y maclarens (pobretón soy que no sé ni cómo se escriben), o por qué no se ha denunciado cuando se tuvo conocimiento de la estafa (presunta), el ALCALDITO , como si de un partido de fútbol se tratara responde, que esto es culpa de Pedro Sánchez que tiene imputado a tres y ellos a ninguno, y de la izquierda que quiere cazarle pero no le van a pillar (debe ser por lo de los pillos de Feijoo), y por si no lo han oído bien se lo repito que Pedro Sánchez 3 – Ayuntamiento 0, y por si acaso queda alguien sordo o que no le haya oído, hace un número con los dedos mientras dice el Ayuntamiento 0 – Pedro Sánchez 3 y añade “no me van a pillar, no me voy a ir” que dijo la de las cremas.

¿De verdad no hay otra posible respuesta?
Ya imaginamos que no va a responder con la verdad, pero al menos que suene a ella, que algún despistado pudiera creérsela, algo así como por ejemplo que su primo hermano tenía la dirección de correo de la jefa de contratación del Ayuntamiento como la tienen todos los madrileños estafados (presuntos) de esta ciudad. O que las comisiones en este país son normales y legales, porque lo dice Piqué, Ayuso, su hermano, el Rey emérito y el presidente de la RFEF. O alguna otra respuesta que nos haga poder pensar que intenta que no creamos que nos toma por estúpidos estafados (sin presunción).
Cómo dice una persona muy cercana a Ayuso, lo de la cacería de la izquierda sirve para justificar en lo interno, lo de Pedro Sánchez para los de Vox, pero para el resto de ciudadanos que votarán, sólo son palabras que no responden a la pregunta que se hacen los contribuyentes estafados:
¿Por qué se atendió a estas personas y por qué se contrató con ellos y se les pagó tantos millones de euros de los impuestos de los madrileños?