Tribuna de Francesc Boya, secretario de Montaña de la Ejecutiva Federal del PSOE
ACTUALIDAD – EL SOCIALISTA | sábado, 29 de mayo de 2021
Tenemos un plan, un proyecto de país. El primero y más ambicioso para hacer frente al reto demográfico, para marcar una agenda real de cohesión territorial e igualdad en cualquier territorio. La España rural no está vacía, ni está sola. Está llena de talento y oportunidades capaces de reincorporar al medio rural al paradigma de la modernidad. La España interior también es una España viva; y ahora más que nunca gracias al Plan de Medidas frente al Reto Demográfico.
Este Gobierno siempre ha situado la cohesión territorial en el centro de su acción política. Legislar con perspectiva demográfica es fundamental para incorporar a nuestros pueblos en una recuperación verde, digital, inclusiva y sin brechas de género; en línea con los ejes que articulan el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
Más de 10.000 millones de euros y 130 políticas activas configuran el mayor esfuerzo inversor realizado nunca sobre el territorio. El compromiso del Gobierno y la acción coordinada de todos los departamentos ministeriales han dado lugar a la primera gran hoja de ruta para repensar el modelo territorial de una sociedad que no puede permitirse vivir sin sus pueblos.
Tenemos 8.131 motivos para movilizarnos. Tantos como municipios a los que destinar una mirada específica, una respuesta concreta. Se trata de no dejar a nadie atrás; de tener claro que no existe una única ruralidad, sino una amplia red de municipios singulares a la espera de una reinvención territorial que ponga el foco en los pequeños municipios. El futuro de nuestros pueblos pasa por aplicar emprendimiento e innovación a su actividad económica, para acercar la inversión y convertir a la España interior en un polo de atracción y retención de talento que contribuya a reducir la brecha urbano-rural.
Los pueblos pueden liderar la transición energética de este país con la incorporación de las energías renovables a los procesos de producción. La descarbonización de la economía necesita del medio rural para avanzar y es fundamental situar a nuestros pequeños municipios a la vanguardia de esa transición verde para generar oportunidades de actividad y empleo basadas en la sostenibilidad, el impulso de iniciativas ambientales y la custodia del territorio.
Las ciudades también juegan un papel fundamental en esta transformación. La pandemia ha puesto en evidencia sus puntos débiles, así como la necesidad de un diálogo de igual a igual entre pueblos y ciudades que sitúe a las mujeres y los jóvenes en el centro y garantice la posibilidad de desarrollar nuestros proyectos vitales y profesionales en cualquier territorio. La adecuada prestación de servicios y la garantía de políticas de bienestar y economía de los cuidados son sinónimo de calidad de vida y ayudan a dibujar un horizonte más firme para nuestros pueblos.
No hay fórmulas mágicas para revertir décadas de regresión y estancamiento de la noche a la mañana. Pero hay trabajo, esfuerzo y compromiso por parte de un Gobierno que escucha las voces del territorio y entiende el reto demográfico como un desafío democrático a todos los niveles.