EL SOCIALISTA

Tribuna de Salvador Illa, presidente del Grupo Parlamentario Socialista en el Parlament de Catalunya y jefe de la oposición.

ACTUALIDAD – EL SOCIALISTA | sábado, 29 de mayo de 2021

Retengan esta fecha: 14 de febrero de 2021. El PSC ganó las elecciones en Cataluña, con 654.766 votos y 33 diputados. Esa noche electoral histórica -por primera vez los socialistas ganábamos en votos y escaños- marcaba el inicio del cambio en Cataluña. La ciudadanía concedía al PSC la condición de primer partido y se pronunciaba muy claramente a favor de las opciones de izquierda, que suman 74 diputados en el hemiciclo del Parlament. Sin embargo, ERC ha sorteado la nueva corriente que empezó a fluir el 14F -¿Por miedo? ¿Por cobardía? ¿Por irresponsabilidad? ¿Por las tres cosas?- para amarrar en un puerto que, precisamente por conocido, sabemos que es malo. Cataluña, con el nuevo Govern, afronta unos meses cruciales para su futuro de la mano de una fórmula de gobierno caducada, inoperante, divisiva y fracasada.

Un gobierno desunido que renueva una apuesta política perdedora sustentada en la retórica independentista vacía que promete de nuevo la ensoñada ‘república catalana’, que se olvida de una parte del país y que no dibuja ningún horizonte de futuro, pues hay ausencia de proyecto para acometer con éxito la lucha final contra la pandemia, que ha de impulsar la reactivación económica -con la ayuda de los fondos europeos- y la reconstrucción social. Tampoco hay agenda para el reencuentro entre catalanes y catalanas a la vista, ya que el presidente Aragonès se inclina por seguir conjugando verbos, a mi juicio, extemporáneos: «confrontar», «desafiar». En definitiva, más de lo mismo.

No son buenos los augurios que planean sobre el futuro político inmediato de Cataluña, con un Govern de conveniencia formado con el único objetivo de mantenerse en el poder y de entorpecer el cambio que se precipitó en las urnas hace ya más de tres meses.

Ante este panorama desalentador, los y las socialistas nos conjuramos para, desde la oposición, trabajar para sacar Cataluña del pozo de la decadencia y el desánimo. Creemos en Cataluña, su gente y conocemos nuestras potencialidades. Hemos perdido demasiado tiempo y no daremos tregua a este gobierno de dos más uno (ERC y JxCat, junto con los anticapitalistas de la CUP): haremos una oposición responsable pero contundente desde ya; plantaremos cara y plantearemos una alternativa, la que acierta en las prioridades -lucha contra la pandemia, reactivación económica, reconstrucción social para que nadie quede atrás y reencuentro Cataluña adentro y con el resto de España- y la que sentará las bases para que el cambio irreversible que se fraguó el 14F se haga realidad cuanto antes.

Y ya lo manifesté en sede parlamentaria en el debate de investidura: en todo lo relacionado con el combate contra el virus y en todo lo relativo a los fondos europeos, los y las socialistas arrimaremos el hombro, porque nuestra prioridad es que Cataluña avance.

«Lo peor que podría pasar es que, por comodidad o cobardía, no tuviéramos la lealtad de decir en cada momento lo que es necesario. Si unos y otros quieren hacer algo positivo, que nadie se deje influenciar por una visión raquítica o demasiado personal de lo que debe ser esta gran acción de conjunto de todas las fuerzas catalanas». Son palabras que pronunció mi admirado president Tarradellas en 1955 y que hago mías. El cambio, en Cataluña, ha comenzado su andadura.

Por psoech