Esa es, en esencia, la letra pequeña del acuerdo alcanzado entre PP y Vox en nuestra región. Es un acuerdo indecente, porque es todo lo contrario a lo que la Real Academia Española define como decente que no dice ni una palabra sobre sanidad o educación públicas.
Por Juan Lobato, lunes, 13 de diciembre de 2021
PP y Vox viven una luna de miel indecente de consecuencias nefastas para el número de madrileños y madrileñas que necesita, ahora más que nunca, servicios públicos de calidad. El acuerdo que han sellado la derecha y la ultraderecha en la Comunidad de Madrid para sacar a delante las cuentas de 2022 es excluyente y sectario y retrata muy bien cuáles son las preocupaciones tanto de la presidenta Díaz Ayuso, como las de su pareja de hecho en el Parlamento autonómico, la diputada de Voz Rocío Monasterio.
Esa es, en esencia, la letra pequeña del acuerdo alcanzado entre PP y Vox en nuestra región. Es un acuerdo indecente, porque es todo lo contrario a lo que la Real Academia Española define como decente que no dice ni una palabra sobre sanidad o educación públicas.
Para el PSOE-M. las cuentas del Gobierno regional para el año que viene deberían ser el mejor instrumento para conseguir los mejores servicios públicos y, por eso, defendemos un modelo que apueste por la sanidad y una educación de calidad. Porque es honesto, justo y debido querer los mejores colegios para nuestros hijos y la mejor atención sanitaria para nuestras familias. Porque entendemos que para el Gobierno regional debería ser una prioridad invertir en hospitales donde se salvan vidas y en los centros de salud de nuestros barrios, donde nos atienden todos los días. Para los socialistas madrileños, lo es.
Sin embargo, al PP y a Vox les importa poco o más bien nada por qué se están cerrando las urgencias y por qué permanecen así más
de 500 días en decenas de municipios; por qué hay más de 700.000 madrileños y madrileñas que esperan hasta 18 meses para ser atendidos en centros de salud y hospitales. No les importa, porque son ellos, los que con sus políticas ultra liberales nos han conducido a esta situación.
Ni les preocupa la sanidad ni la educación públicas. Pero tampoco les interesa la innovación, ni el desarrollo ni el crecimiento industrial. Por no hablar de transición ecológica o la sostenibilidad ambiental. Ni una sola palabra de desarrollo profesional para las mujeres en esta región. Es un tema tabú.
Por eso, hace unas semanas los socialistas madrileños, advirtiendo que esto podía pasar ofrecimos a la presidenta Díaz Ayuso sentarnos juntos y crear un espacio de entendimiento para acordar unos presupuestos que permitan construir un modelo de región mejor para toda la ciudadanía y no solo para una élite a la que privilegian. Su respuesta fue la que da desde que llegó al Gobierno de la Comunidad, echar balones fuera y atacar a otras administraciones. La culpa de todo lo malo que ocurre en nuestra región siempre es de los demás. No le gusta asumir responsabilidades. Ahora bien, cuando las y los socialistas madrileños hemos intentado pactar y consensuar con ella los próximos presupuestos, hemos visto que no le interesa. Es mejor una luna de miel con la ultraderecha, aunque sea indecente y, por lo tanto, injusta, que sentarse y negociar con la oposición.
Nosotros tenemos claro. Pensamos dar la batalla hasta el final para logar unos presupuestos que mejoren la vida de los madrileños.
Nuestra tarea es muy clara: poner sobre la mesa nuestro modelo de presupuestos. Un modelo que apueste por desarrollo económico más moderno, donde la innovación, el emprendimiento y la digitalización se convierten en la base para generar oportunidad y transformar la Comunidad de Madrid en una región líder de España,
Queremos una Comunidad de Madrid con servicios públicos de calidad, pero de verdad; con una red de transportes públicos que funcione y sea sostenible y de que dé respuesta a las necesidades reales de sus usuarios; con un modelo que facilite el acceso a la vivienda a los más jóvenes y no uno que beneficie solo a la élite con poder para comprar,
Queremos unos Presupuestos que en 2022 piensen en lo que importa, en la ciudadanía y sus necesidades, y no vamos a cejar nuestro empeño para logarlo mientras otras disfrutan de su luna de miel, no apta para personas decentes