Historia del socialismo y de la represión en la posguerra.
Psoe Chamberí | sábado, 30 de abril | por Alfredo Liébana
Durante el pasado martes 26 de abril hemos recibido en la agrupación socialista de Chamberí la colaboración de un investigador de historia, Gutmaro Gómez, especializado entre otros temas en la historia del socialismo y de la represión en la posguerra.
El título de la charla es: Represión, resistencia y reconstrucción del socialismo durante el franquismo. Hombres sin nombre.
Nos ha ofrecido en su presentación un panorama de la represión sobre el socialismo producida desde el final de la guerra civil hasta 1954. Con anterioridad ha publicado un libro en la editorial Cátedra titulado “Hombres sin nombre”, denominado de esta manera por el espíritu ajeno a cualquier personalismo que utilizaron en la reorganización socialista, hasta que la represión sobre los militantes y la caída sucesiva de varias comisiones ejecutivas y al asesinato de varios de sus miembros, incluido en septiembre de 1953 del último secretario general en la séptima comisión ejecutiva del interior, Tomás Centeno, lo que obligó a que la dirección optó por pasarla a Francia ante la imposibilidad de sostenerla sin riesgo en España. Allí se sucedieron los congresos en el exilio de la UGT y del PSOE, desde septiembre de 1944 hasta octubre de 1974 del PSOE y desde noviembre hasta agosto de 1973de la UGT.
En esta colaboración con imágenes, nos ha puesto un resumen de los mecanismos de organización en las cárceles y al salir de las mismas, su interés en mantenerla con relación con el exilio y con otras fuerzas políticas y sindicales. La organización del grueso del PSOE pivotó fundamentalmente sobre la organización sindical de la UGT con un modelo que inicialmente excluía la relación con el PCE y el negrinismo, dada las fuertes discrepancias producidas al terminar la guerra civil, y que ante la previsible situación terminal del franquismo fuera necesaria la unión con el resto de las fuerzas políticas.
Esta división se mantuvo hasta el final de la guerra mundial, en un intento de esperar la ansiada intervención en España de los aliados, además el sorprendente pacto Ribbentrop-Molotov entre Alemania y la URSS el 23 agosto de 1939 impidió un acuerdo más amplio entre todas las fuerzas políticas de oposición y confundió a la organización en España de los comunistas. Los huidos en las montañas actuaron en general de una forma defensiva y sin vinculación partidaria, provocados por la salvaje represión al final de la guerra. Posteriormente algunos, dependiendo mucho de las zonas, se fueron coordinado con las fuerzas políticas, por ejemplo la organización guerrillera socialista en las montañas de Asturias termina por evacuarse en octubre de 1948, en el caso del PCE tuvo una distribución más amplia. Por otro lado la invasión del Valle de Arándel maquis español organizado en Francia durante la segunda guerra mundial se produce en octubre de 1944, pero termina en un fracaso al encontrarse frente a una fuerza muy superior, optando posteriormente el PCE por ir organizando las guerrillas rurales dispersas en 1945, pero ante la situación internacional y la represión, se inicia el abandono de la guerrilla comunista en 1947, manteniéndose a pesar de ello varios años, mientras la guerrilla anarquista, de carácter más urbano duraría hasta los años 60.
Posteriormente hubo un intento de transición de los monárquicos, mediante un acuerdo entre José María Gil Robles e Indalecio Prieto en 1947, que resulta desautorizado por el acuerdo entre Franco y Don Juan para una entronización con su hijo Juan Carlos. Tras el acuerdo de los EEUU y de Franco para las bases en España en septiembre de 1953, lo que hace alargar el franquismo hasta 1975, cuando se produce la muerte de Franco.
Alfredo Liébana