Tribuna de Héctor Gómez, secretario de Relaciones Internacionales del PSOE
ACTUALIDAD – EL SOCIALISTA | sábado, 29 de mayo de 2021
La integridad territorial de España permanecerá inalterable. La ciudadanía en Ceuta y Melilla, así como en el conjunto del país, tiene todo el respaldo y apoyo del Gobierno, que ha actuado desde el primer momento con todos los medios necesarios, y continuará haciendo frente a cualquier desafío que se pueda plantear. No hay caso.
Marruecos señala la acogida por parte de España del líder del Frente Polisario, Brahim Gali, como la causa de haber promovido que 8.000 personas, entre los que se encuentran un gran número de menores, salieran de sus costas para llegar a nado a Ceuta, provocando una avalancha de migrantes en una ciudad de menos de 90.000 habitantes. La acogida de Gali responde exclusivamente a razones humanitarias. Marruecos no puede justificar bajo ningún concepto esta acción irresponsable, poniendo en peligro la vida de sus propios ciudadanos y que ha provocado tres muertos.
Las relaciones entre países deben fundamentarse en la confianza, el respeto mutuo, la lealtad y la cooperación, no en el chantaje, la presión y la coacción. España desea mantener una extraordinaria relación con Marruecos, pero esta debe darse bajo criterios de respeto a España, a la Unión Europea, a sus fronteras, y a los acuerdos y derecho internacional.
Un nuevo marco de relaciones, en el que no tienen cabida las prácticas llevadas a cabo por el país vecino, tradicionalmente socio y amigo, y al que nos unen estrechos lazos, debe ser la base sobre la que pivoten los nuevos acuerdos entre países.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez ejerció el liderazgo y se desplazó de inmediato a Ceuta, activando todos los recursos de nuestro país para defender los intereses de España, contando con la extraordinaria labor de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y las organizaciones humanitarias, que salvaron las vidas que Marruecos puso en riesgo.
Ya el pasado mes de diciembre, el primer ministro de Marruecos desafiaba a España afirmando que Ceuta y Melilla sería su próxima prioridad, después del Sáhara Occidental.
El tuit de Donald Trump en sus últimas semanas de mandato en el que reconoció la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental a cambio del pleno establecimiento de relaciones diplomáticas de Marruecos con Israel oxigenó el deseo de Marruecos de alcanzar esa aspiración histórica obviando las resoluciones de la ONU. La no decisión de la nueva administración Biden sobre este particular, fortalece el reconocimiento de Trump. Respetamos las decisiones de los EE. UU., de igual manera que los EE. UU. y Marruecos deben respetar la posición de España y de la Unión Europea.
En esta dirección recientemente Marruecos decidió romper relaciones con Alemania. Otra demostración más de la deriva que sigue el país vecino.
En los años 2020 y 2021 han llegado a Canarias por la denominada ruta del atlántico más de 29.000 migrantes. Las mafias han operado con total libertad en los países de origen con consecuencias desastrosas. El Gobierno de España ha gestionado la terrible situación con responsabilidad, en soledad ante la falta de respuesta inmediata de la Unión Europea.
A modo de contraste, en el año 2002, José Luis Rodríguez Zapatero, siendo líder de la oposición en nuestro país, mostraba todo el apoyo del Grupo Parlamentario Socialista y del PSOE, al gobierno presidido por José María Aznar en relación con la ocupación por parte de Marruecos del islote de Perejil. España salió airosa de ese desafío gracias a la unidad de gobierno y oposición. Hoy, la respuesta del PP de Pablo Casado al desafío planteado por Marruecos ha sido atacar al Gobierno de Pedro Sánchez. El sentido de Estado del PP tiene dimensiones ínfimas. Lo ha demostrado en el proceso de negociación de los fondos Next Generation, obstaculizando por todos los medios cualquier logro de España. Fracasó en su intento; 140.000 millones de euros recibirá España. Lo ha demostrado durante la pandemia Covid – 19. Y lo vuelve a demostrar ahora. No hay oposición. No hay líder de la oposición. No hay alternativa.
Por otro lado, el saqueador de oportunidades belicistas, a la postre líder de la formación de ultraderecha con representación en la cámara, no tardó en precipitarse a Ceuta, no atendiendo a la petición de la Delegación del Gobierno en Ceuta, posteriormente ratificada por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía de no celebrar actos/mítines ante el peligro de enfrentamientos innecesarios en la zona. Un oportunista a la caza de otro momento estelar, eso si, desoyendo al poder judicial y al propio ejecutivo por una persona que representa al legislativo. No hay altura política.
El ministro de Exteriores de Marruecos se ha apresurado a desligar el conflicto provocado por Marruecos de la UE. Vinculándolo exclusivamente a España. Sin embargo, la Unión Europea no solamente ha dejado claro que Ceuta y Melilla son frontera de España, pero también de la Unión Europea, sino que, además, ha iniciado la revisión de todos los acuerdos con Marruecos.
Esta vez Marruecos ha ido demasiado lejos y ahora se encuentra en una encrucijada. Mientras, el gobierno socialista de España trabajará por unas relaciones duraderas, firmes, con lealtad, colaboración y máxima confianza. Este Gobierno trabajará por la ciudadanía y las empresas españolas establecidas en el país vecino. España desea fortalecer los acuerdos en todos los ámbitos con Marruecos. España desea que no se repitan episodios como el acaecido y que se ha llevado tres vidas de inocentes. España, en el marco de su programa Foco África 2023, y mediante su liderazgo en Europa fortalecerá las estrategias y acciones en el continente vecino con objeto de mejorar el desarrollo económico, social, cultural de todos los países.