- Reunión del Grupo Municipal Socialista con la Asociación de Vecinos «El Organillo».
- El espacio para terrazas del distrito de Chamberí se ha triplicado en un año.
- 130 terrazas de este distrito están ubicadas en plazas de aparcamiento.
- Se han perdido allí 500 estacionamientos, la mayor parte de residentes.
El portavoz socialista en el Ayuntamiento de Madrid, Pepu Hernández, y los ediles Mar Espinar, Pedro Barrero, Ignacio Benito y Álvaro Vidal han mantenido una reunión con la Asociación de Vecinos «El Organillo», de Chamberí.
La crisis de la hostelería como consecuencia de la COVID-19 ha sido paliada en parte con la ampliación de las terrazas. En Chamberí este espacio se ha triplicado en un año: hay 632 licencias concedidas. Además, 130 de estas terrazas están ubicadas en plazas de aparcamiento. «El Organillo» calcula que se han perdido 500 plazas de aparcamiento, la inmensa mayoría de ellas de residentes.
A la dificultad para aparcar hay que sumar el ruido, que provoca serios problemas de salud, insomnio, irritación y falta de descanso, y cuyo ejemplo más claro es la calle de Ponzano y alrededores: en 450 metros hay 50 bares. La vecindad no puede estacionar su vehículo, las terrazas están abarrotadas y se ha corrido el rumor de que el Ayuntamiento ni interviene ni cobra las multas.
El PSOE entiende que el comportamiento general de la ciudadanía es cívico y ejemplar, pero considera necesario que en los casos concretos donde no se está cumpliendo la normativa, el Consistorio tiene que actuar con contundencia.
«Denunciamos la pasividad del Gobierno municipal para prevenir y evitar estos excesos», explica Hernández, quien insta al Ejecutivo a que sancione conductas indebidas. Si bien la crisis económica es motivo justificado para ampliar las terrazas, «hay que vigilar más para evitar su elevada concentración en un mismo lugar y los conflictos».
El portavoz socialista propone «devolver el espacio a los vecinos y las vecinas» y abrir su uso «a otras actividades» donde sea posible.
«Habría que hacer una revisión urgente de la Ordenanza Municipal de Terrazas, consensuada con todas las partes afectadas, para que concilie derechos e intereses y tenga perdurabilidad en el tiempo», afirma el edil, quien plantea la necesidad de adaptarse a la nueva realidad que vive Madrid, a la fisonomía de sus distritos y barrios y a los necesarios cambios en el uso del espacio público tras la pandemia.